Es una pregunta muy general y al mismo tiempo específica, en algunos momentos
de nuestra vida hemos pasado por circunstancias que nos hacen tener miedo o temor.
Tengo miedo a crecer es una afirmación que muchos de nosotros en algún momento de nuestras vidas llegamos a decirla, y sobre todo cuando estamos viviendo en caos, cuando vemos que nuestra vida se desmorona, cuando nuestros sueños se vuelven inalcanzables, son esos momentos cuando comenzamos a añorar ser niños, porque pensamos que los problemas no existen.
En mi adolescencia, ya terminando el bachillerato, tenía muchos miedos y temores, de hecho, sabía que debía afrontar lo desconocido, muchas veces me preguntaba qué será de mí en algunos años.
Aun cuando acepté a Cristo y comencé mi vida en el evangelio, sentí temor si en realidad, este era el camino que Dios había preparado para mí.
Ahora hay palabras de seguridad y de esperanza en Dios.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he venido al mundo. (Juan 16:33)
No hay por qué temer a quien tan perfectamente nos ama. Su perfecto amor elimina cualquier temor. Si alguien siente miedo es miedo al castigo lo que siente, y con ello demuestra que no está absolutamente convencido de su amor hacia nosotros. (1 Juan 4:18)
El miedo es vencido por los valientes que creen en Dios, que sabe que no está solo y en él hay victoria.
La presente historia nos hace reflexionar y nos enseña, que debemos correr riesgos para crecer y vencer todo miedo y temor:
Dos semillas están juntas en la tierra fértil.
La primera semilla dijo: “Quiero crecer! Quiero que mis raíces lleguen muy abajo en la tierra y que mis retoños rompan la corteza que tengo arriba… Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la llegada de la primavera… Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos.”
Y entonces creció.
La segunda semilla dijo: “Tengo miedo. Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé qué encontraré en la oscuridad. Si me abro camino a través de la tierra dura que tengo encima puedo dañar mis delicados retoños… ¿Y si dejo que mis brotes se abran y una serpiente trata de comerlos? Además, si abriera mis pimpollos, tal vez un niño pequeño me arranque de la tierra. No, me conviene esperar hasta que sea seguro.”
Y entonces esperó.
Un ave que andaba dando vueltas por el lugar en busca de comida, encontró la semilla que esperaba y enseguida se la tragó.
Aquí encontramos una lección de vida y aquellos que no corren riesgos no pueden crecer. Si quieres crecer tienes que tomar acción sobre tu vida empezando con un cambio de pensamiento.
Imagina lo bueno que Dios tiene para nosotros, fuimos creados con un propósito especial y seguramente es mucho mejor que lo que deseamos.
La vida te fue dada para que la vivas y la mejor manera para vencer tus miedos es el amor, ese amor perfecto que Cristo demostró por nosotros.
Toma hoy el riesgo de amar, dar, servir, disfrutar y vivir. Hoy es el mejor día para ver las oportunidades y contar las bendiciones que tienes.
Hoy es el mejor día para crecer y dejar atrás los miedos y temores.
Puedes ver el video dando click en la siguiente imagen
No olvides dejar tu comentario, esto nos ayuda a seguir construyendo y mejorando lo que hacemos.